La reforma postergada. Elementos para lograr acuerdos

Resumen

En Chile y América Latina se ha visto la necesidad creciente de debatir acerca de las reformas del sector de salud desde posiciones más cercanas a la sociedad civil y más independientes de las instituciones que han estado promoviendo, impulsando y, por lo general, financiando los procesos de cambio en salud. Mientras esto ayuda para ampliar las fronteras del debate e incorporar a actores vitales, la crisis del sector todavía se interpreta como más de un fenómeno de “desadaptación” a los cambios del entorno socioeconómico y cultural. El sector no sólo debe enfrentar los cambios con la idea de hacer las cosas de otro modo, sino que debe reorientar sus objetivos hacia la solución de un conjunto de problemas de salud que son de alguna manera de expresión del ordenamiento actual de la sociedad. Algunos factores sociopolíticos sirven para elucidar por qué no ha sido posible concordar una política de salud, política indispensable para adoptar medidas que permiten resolver los problemas de salud del país. Estos factores incluyen: la falta de una visión de salud y una misión insuficientemente definida; la necesidad de concordar en la definición de conceptos estratégicos; la existencia de desconfianza entre los actores, el riesgo de asimilar la gestión en salud a la de empresas productivas; la “cultura en salud” debe tenerse presente al abordar el cambio y, finalmente, los agentes de salud tienen una responsabilidad ineludible en el proceso de cambio. Una segunda área de gran importancia es la serie de condiciones sobre la estructura, organización y funcionamiento de los servicios de salud que deberían cumplirse para satisfacer las necesidades de salud de todos los chilenos. Para la adecuada provisión de estos servicios será imperativo fortalecer el subsistema público de salud, asegurar la cobertura universal de servicios garantizados para toda la población, establecer un financiamiento para los servicios garantizados, adaptar la provisión de servicio a la nueva demanda, considerar la separación de funciones al interior del sistema de salud y desarrollar un nuevo modelo de cuidados de salud. Hasta ahora las experiencias de reforma han mostrado que es necesario reorientar los objetivos sanitarios, y enfrentar temas críticos para garantizar el buen éxito de los procesos de cambio. Cuatro de ellos merecen una discusión en profundidad: a) la garantía social de la salud; b) el rol del Estado, del mercado y de la sociedad civil en la garantía social de la salud; c) los modelos de gestión y la eficacia de las reformas, y d) el rol de los actores sociales en las reformas de salud. Para garantizar el buen éxito de los procesos de cambio es necesario aplicar las siguientes recomendaciones estratégicas: el establecimiento de un diagnóstico y visión compartidos considerando el rol del Estado, el gobierno, los gremios y las organizaciones sociales, y los recursos disponibles. La segunda es la generación de una imagen objetivo a mediano plazo. La tercera es, además de qué se necesita hacer, definir cómo hacerlo. La cuarta es obtener el éxito de las políticas públicas a través de la cohesión al interior del gobierno, la prolijidad técnica, la credibilidad y ser atractiva a los diferentes actores y la ciudadanía. La última es la necesidad de definir una agenda futuro. Estas estrategias pueden constituirse en instrumentos poderosos en el logro de acuerdos, en un sector que en los últimos años se ha caracterizado por una gran conflictividad interna y la insatisfacción de quienes se atienden en los servicios de salud.